Las bienaventuranzas

    ¿Qué son las bienaventuranzas?

    Las bienaventuranzas son la introducción que Jesús dio antes de pronunciar el famoso sermón del monte. Las bienaventuranzas son ocho, y se encargan de delimitar como debe ser el carácter y comportamiento de un verdadero  discípulo de Jesucristo. La palabra bienaventuranza suele ser cambiada por “dichoso” o “gozoso” sin embargo, significan lo mismo. Estas ocho bienaventuranzas se pueden encontrar en Mateo 5: 3-10, y aunque son cortas, tienen profundas y divinas enseñanzas para los creyente de Jesús. 

    Los pobres de espíritu

    Esta bienaventuranza hace referencia a los pobres en espíritu, estas personas son aquellos creyentes que a pesar de estar en los caminos de Dios, reconocen y dan fe de que necesitan diariamente de su Creador. Estos creyentes van a diario al trono de la gracia para implorar el perdón y la misericordia del Todopoderoso.  Los que son pobres en espíritu desean poder reflejar el carácter y la luz de Jesús, pero saben que para ello, es necesaria una comunión constante con el Padre celestial.

    S justo ahí donde comienza el andar con el Todopoderoso, cuando se reconoce la naturaleza humana, y se desea ser más que un simple creyente, sino que se desea ser salvo, y eso es algo que no esta en manos humanas, sino divinas, porque la salvación es por gracia y no por obras. 

    Bienaventurados  los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.
    (Mateo 5:3)

    Los que lloran  

    La segunda bienaventuranza hace referencia a las personas que sufren y lloran, ya que, estas serán consoladas por medio del Señor. Jesús cuando habla de los que lloran se refiere a aquellas personas que sufren por sus pecados y desean poder cambiar y mejorar. Este grupo sabe que han ofendido al Señor y desean de manera desesperada su perdón y misericordia.

    Este segundo grupo también reconoce su naturaleza pecaminosa y anhelan poder estar más cerca del Creador. Además de todo esto, esta bienaventuranza también hace referencia a aquellas personas que sufren o lloran por dificultades en su vida, donde el Señor los consolará en medio de los momentos más terribles.

    Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
    (Mateo 5:4)

    Los humildes

    Esta bienaventuranza habla de aquellas personas que no se dejan influenciar por sus emociones, que son humildes y mansos de todo corazón, y que no reaccionan de forma impulsiva o agresiva ante situaciones complejas, sino que, ellos se arrodillan y claman al Todopoderoso para que los guie y les presente como actuar ante ese tipo de momentos.

    Estas personas reconocen que Dios tiene el control total de lo que pasa en el mundo, su intervención es crucial para que algo pase o no. Es así, como se reconoce su grandeza y permite que el creyente pueda humillarse y dejar todo en manos del Creador del cielo y la tierra.

    Bienaventurados los humildes, porque recibirán la tierra como herencia.
    (Mateo 5:5)

    Los que tiene hambre de justicia

    La cuarta bienaventuranza esta dedicada a aquellas personas que tienen hambre y sed de justicia divina. El Señor es un juez justo y sabio, tardo para la ira y grande en misericordia. Sin embargo, sobre todo es justo, y le da a cada persona conforme a sus acciones. Estas personas buscan al Señor en oración para que él pueda mostrar su poder y justicia en la tierra, y pueda permitir que el mal tenga un castigo justo.

    Estos creyentes reconocen que de nada sirve la justicia humana, porque todos son pecadores, sino que la verdadera justicia es la que emana del Padre amado, y que es él quien obrará en su tiempo y en su medida para castigar a las personas malas.

    Bienaventurados  los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
    (Mateo 5:6)

    Los compasivos

    Esta bienaventuranza se basa en la ayuda al prójimo. Cuando se es compasivo la persona ayuda sin mirar quien es, dejas los rencores a un lado y refleja la misericordia y la bondad del Creador.  Así como Jesús no hizo distinción de personas, el creyente compasivo debe hacer lo mismo, no debe juzgar ni criticar, sino ver la situación, aportar soluciones y ser participe de la mejoría de esa persona.

    Sin importar los errores, pecados o fallas que tenga una persona, en momentos de dificultad siempre necesitará de una mano amiga para sobrellevar sus dificultades. Todo creyente debe ser compasivo y reflejar el carácter de Dios  

    Bienaventurados  los compasivos, porque serán tratados con compasión.
    (Mateo 5:7)

    Los de corazón limpio

    Tener un corazón limpio implica mucho más que no cometer pecados, un corazón conforme a la voluntad de Dios implica siempre hacer lo que haría el Salvador, siempre inclinarse por las buenas obras, palabras y actos. Además, para tener un corazón limpio es necesario tener una mente limpia, donde no hayan malos pensamientos, sino que se refleje la paz y el amor de Dios.

    Un corazón que agrade a Dios es difícil de conseguir, más no imposible, solo debes tener una profunda conexión con el Padre celestial, y buscarlo diariamente, para poder caminar y actuar conforme a su divina voluntad.

    Bienaventurados  los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.
    (Mateo 5:8)

    Los que trabajan por la paz

    Esta bienaventuranza hace referencia a aquellas personas que procuran hacer el bien a los demás, estas son las personas que trabajan y se involucran en crear y formar un mundo mejor, donde sea la luz de Dios la que se refleje, y no la del enemigo. También se refiere a la paz interior, no nada más hay que buscar la paz del entorno sino la interna. No tener ningún tipo de rencor, rencilla, o malos pensamientos hacia alguna persona. Si se tiene paz mental se tiene todo.

    El Señor espera que todos encuentren la paz a través de él, teniendo una comunión constante con el Todopoderoso, y logrando así que se pueda vivir de una forma más tranquila y agradable.

    Bienaventurados  los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
    (Mateo 5:9)

    Los perseguidos

    Esta bienaventuranza hace referencia a aquellas personas que sufren persecución, discriminación o acoso por defender y manifestar su fe. Estos son los creyentes que siempre defienden a Dios delante de personas no creyentes, son esos que manifiestan su pensar y su fe, a pesar del qué dirán. También hace referencia de aquellas personas que defienden a los demás y sus derechos, reflejando así el gran amor del Padre.

    Bienaventurados  los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece.
    (Mateo 5:10)

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