En esta ocasión la oración que presentamos esta sujeta a la omisión de hechos y palabras por cuestiones de protección infantil pues esta dirigida especialmente para los niños, ahora bien nos referimos al Vía Crucis, ese trágico momento que tuvo que soportar nuestro señor Jesús en sus últimos momentos de vida antes de sacrificarse dando la vida por nosotros y liberándonos del pecado original, es necesario que los niños conozcan bien este ritual pues es uno de las más importantes de toda la religión, esta proceso es especial pues permite a las personas acompañar en espíritu todo el dolor sentido por Jesús.
Oración para Jesus
Vía crucis para niños ( y no tan niños )
Esta es la historia del dolor y muerte de Jesús, nuestro mejor amigo. Murió por cada uno de nosotros, para salvarnos del pecado. También de esas desobediencias, trastadas o malas caras a las que no damos importancia. Siendo el Hijo de Dios, se hizo hombre precisamente para darnos ejemplo y entregar su vida por ti y por mí, que tantas veces le volvemos la espalda.
¿Os parece que le acompañemos en su Pasión y Muerte? Lo haremos en compañía de Benjamín y Cayo, dos niños de unos diez años, más o menos como tu. Benjamín es judío, como Jesús, Cayo es hijo de un centurión romano. Los dos han hecho muy buenas migas, no pueden pasar el uno sin el otro. Van de aquí para allá, por todo Jerusalén, sin dejar de curiosear, de jugar. Conocen la ciudad como la palma de su mano y ya, en alguna ocasión, han sido testigos de las palabras de Jesús. Como cuando les dijo unas cuantas verdades a los comerciantes que había en el templo. Lo que se rieron mientras Jesús derribaba sus puestos. ¿Recordáis? “Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones”. Nunca le habían visto tan enfadado.
El Vía Crucis es una de las devociones más antiguas del cristianismo. El profundo significado de lo que ocurrió aquellos días en Jerusalén, ha llevado a los cristianos desde entonces a considerar todos y cada uno de los pasos de Jesús antes de morir en la Cruz. No es una historia agradable, es cierto, pero es un ejercicio que nos ayudará a ser más agradecidos y menos egoístas. Seguir a Jesús no es siempre fácil. Es para corazones intrépidos, para mujeres y hombres que no tienen miedo de lo que puedan pensar los demás, para niñas y niños dispuestos a sacrificarse por amor.
Cuando Jesús sudaba sangre en el huerto de los olivos o era molido a latigazos o insultado en una lluvia de escupitajos, ¿en qué crees que pensaba? Pues estaba pensando en ti y en mí, con nuestros nombres y apellidos. Nos veía con claridad, y eso le daba fuerzas para sobrellevar tanto sufrimiento, tanta soledad.
El amor le hacía soportar todo aquello con una energía extraordinaria. Porque debes saber que el amor es el gran secreto que nos acompaña en este camino hacia la Cruz, y la Cruz la llave que abre las puertas de la esperanza, del perdón, de la paz, de la única y verdadera alegría . Para ti y para mí, niñas y niños cristianos, no hay ya nada imposible.
Primera estación Jesús es condenado a muerte.
Segunda estación Jesús carga con la cruz
Tercera estación Cae Jesús por primera vez
Cuarta estación Jesús encuentra a María, su santísima Madre
Quinta estación Simón de Cirene ayuda a Jesús
Sexta estación La Verónica enjuga el rostro de Jesús
Séptima estación Cae Jesús por segunda vez
Octava estación Jesús consuela a las hijas de Jerusalén