Oración de Bendiciones
Padre de todos, salvaguarda de la humanidad:
Pareciera irónico que yo pueda estar iniciando un diálogo contigo en la comodidad y calidez de mi cuarto, mientras a esta misma hora, y en otro lugar muy diferente al mío, puede haber muchos, miles de necesitados que necesitan de tu socorro mi Señor. Mi oración va por ellos.
Mis palabras pueden aparentar ser vacías, pues aún no soy capaz de ponerme en los zapatos de aquellas personas que padecen de permanentes desgracias. Lo cierto es que frunzo el ceño y sólo la vergüenza me impide pronunciarme al respecto, pues no tengo mucho por decir ante aquello que prefiero callar… pero conocedor eres de que la necesidad de los demás no es algo que traiga paz a mi corazón, sino lo contrario, no me gusta saber que hay gente tan necesitada de ayuda que me siento impotente y sin qué poder hacer.
Lo único que sé hacer, es al menos interceder ante ti por ellos. Lo hago con líneas como éstas, que asemejan una plegaria en búsqueda de algo que pueda revertir esas duras situaciones que viven tantas personas.
Cuando vemos situaciones tan duras, la mayor parte de la gente prefiere ignorarlo o evitarlo, tal vez porque no ven cómo pueden remediarlo, y en cierto sentido les parece lejano. Por ello te pido Señor, que alumbres en nuestros corazones el sentido de compasión, de comprensión y de ayuda los unos por los otros.
Sé que hay tanta gente sufriendo en el todos los rincones de este afligido mundo, que pareciera imposible poder satisfacerlos a todos, pero te suplico para que nos hagas saber a cada uno de los que estamos mejor, que con tan sólo colaborar de corazón y a manos llenas a uno solo, estaremos cambiando el mundo. Vivimos en una sociedad egoísta, con ceguera para los problemas sociales ajenos. Ayúdanos a quitarnos esa venda de los ojos y a poder empezar a mirar irradiando amor, compasión y solidaridad. Haznos saber que al ayudar a uno de ellos nos estaremos ayudando a nosotros mismos, porque tú serías el conocedor de nuestras buenas obras.
Todo sea por gracia tuya y por acción nuestra. Amén.