Jesús el hijo de Dios al morir en la cruz pago un precio inimaginable su propia vida, la razón para tal acción fue por amor a la humanidad, es decir, por el pueblo de su Padre. Por ello todos aquellos que creen en El estarán a salvo para siempre.
Todos en algún momento de sus vidas deben enfrentarse a las adversidades del mundo, resultando la mayoría de las veces en muchas caídas de las cuales es necesario levantarse, a pesar de cualquier situación extrema debemos recordar en todo momento el inmenso amor que Jesús nos manifestó durante su crucifixión.
Pues en ese momento fuimos adoptados como hijos de Dios y congraciados con su Santo Espíritu, a partir de ese punto nuestra existencia dejo de pertenecerle al mundo, a Satanás o a nosotros mismos. Jesucristo es nuestro dueño y nadie podrá arrebatarnos de su mano.
Oración de protección
Me gusta tu mano Señor:
Mano que me protege
cuando a mi alrededor
todo se vuelve incierto y amenazante.
Mano que me guía
aún por caminos oscuros
y me lleva a la meta deseada.
Mano que me orienta
cuando en los recodos de mi vida
pierdo de vista tu rostro de Padre.
Mano que me calienta
cuando el frío de la tibieza
quiere hacer presa de mí.
Mano que me anima
Cuando, como el niño pequeño,
Acierto a dar un pequeño paso hacia ti.
Mano que me consiente
cuando mi corazón peregrino
necesita tu cobijo de Padre.
Mano que me da seguridad
cuando me atenazan
la duda y la indecisión.
Mano que me acompaña
y se vuelve cercanía
cuando siento fuerte la soledad.
Mano que me llama al silencio
cuando con tu voz de amor
quieres penetrar mi corazón.
Mano que me llama a la calma
cuando mi prisa inexperta
busca soluciones alocadas.
Mano que con sabiduría
escribe en los renglones de mi existencia
las palabras que dan vida.
Mano en la cual me abandono
jornada tras jornada
como un polluelo pequeño
en el asilo de su nido.