El credo es una de las oraciones más sagradas e intimas que puede pronunciar una persona. El credo es una confesión del amor y abnegación que se tiene por Dios, Jesús y el Espíritu Santo, donde se acepta su divinidad y su poder.
Este credo es una confesión pública de la conexión y confianza que tiene el devoto con Dios, donde se le exalta y alaba al Dios todopoderoso, además de hacer un recorrido por su vida humana.
Creer es mucha más que solo orar, y este credo lo demuestra, creer es tener la certeza de que Dios en su triangulo de divinidad con Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo, logrará interceder y aliviar tus cargas.
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que, por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras y subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.