Dedicar nuestra vida al Señor es lo más cercano que podemos llegar a encontrar la verdadera felicidad cuando hacemos esto, nos hacemos vulnerables ante la extrañeza y belleza que tiene el mundo.
Existen diferentes formas de admirar y alabar al señor ya sea mediante la oración, la imitación de su hijo Jesús, o el cantar, pero existen algunas personas cuyo don de la oración no se les da bien por ello elaboran poemas pues tienen versatilidad en la literatura y esta también es una buena forma de admirar al Señor. A continuación te presentamos un poema dedicado a Dios el cual describe su grandeza.
Poema para Dios
Noche de la ciudad. Dios está cerca.
Entre tantas orillas
yo ensayo mis palabras:
son sólo cercanías.
Las miradas, los árboles
se alzan, se acercan, vibran
junto a la noche unánime
donde el verso se afirma.
¿A qué? ¿Por qué? ¿Quién habla…?
En el silencio giran
las estrellas, los nombres.
Dios es Dios en la cima.